Natural Geometry es una disección visual del paisaje rural desde la óptica del contraste y la conexión. Realizada íntegramente en fineliner, esta lámina traza con meticulosidad quirúrgica la coexistencia entre dos formas de orden: el orgánico y el construido.

A un lado, el pueblo se levanta como un enjambre de líneas nerviosas, caóticamente organizado. Al otro, los campos se extienden en una calma engañosa: rectángulos, surcos, parcelas que siguen una lógica casi matemática, como si la tierra hubiera sido programada.

Entre ambos, los puentes.
Son vértebras de concreto que no solo cruzan espacio, sino que cosen dos formas de vida distintas. Bajo sus ojos —los arcos— fluye el agua: hilo líquido que conecta sin palabras, espejeando cielo entre tierra.

Cada línea en la obra existe con intención. No hay sombra, solo luz contenida en trazo. Natural Geometry no representa un lugar, sino una estructura invisible que sostiene la convivencia entre lo humano y lo natural. Es un mapa imposible: exacto y emocional al mismo tiempo.